Navegando por las Aguas Turbulentas: El Cierre del Canal de Suez y sus Ramificaciones Globales

 El Canal de Suez tiene un carácter estratégico a nivel mundial, al desarrollar un rol fundamental en la que se refiere a las rutas marítimas permitiendo la unión entre Europa, África y el sudeste asiático en un relativo corto espacio de tiempo, su bloqueo, ya sea accidental o intencionado, generaría una seria amenaza para Europa en general y España en particular, por lo que deberíamos estar obligados a diseñar un plan de contingencia (COPLAN)  ante tal situación.

Inicialmente, habría que analizar dicho impacto en el área del Comercio. El cierre del Canal de Suez podría ralentizar las cadenas de suministro, afectando la importación y exportación de bienes, incidiendo gravemente tanto a los costes logísticos, como en los tiempos de suministro, debido a rutas alternativas más largas. Ante situación, una probable solución sería el desarrollando de rutas alternativas a la marítima, por ejemplo, la red de transporte de ferrocarril que une España y Asia, siendo su principal ventaja conexión directa para el movimiento de mercancías, menor dependencia de la ruta aérea o marítima, sin embargo entre sus desventajas encontramos el aumento de distancia así como una menor capacidad transporte, aumento de plazos de entrega y el tránsito por muchos países (aduanas), lo que todo unido podría incrementar los coste.

Por otro lado, respecto a los recursos energéticos, España importa una parte significativa de su energía, y el cierre del Canal de Suez podría afectar el transporte de petróleo y gas natural, situación que podría conducir a la alza de los precios de los mismos con su impacto directo en la economía, en caso de que el cierre o bloqueo sea duradero,  se podría alcanzar una situación de desabastecimiento de resultados incalculable. Para este evento, España se podría tener previstas varias líneas de actuación.

Primera, diversificar las fuentes y de importación de energía lo que permitiría (ventaja) reducir la dependencia de un solo tipo de fuente energética y  utilización más eficientes en función de la demanda, optimizando su consumo, pero también tendría posibles desventajas, como la necesidad de invertir en nuevas infraestructura (aumento costes) o la limitación de algunas fuentes como las renovables. 

Segunda, diversificar los proveedores de recursos energéticos, teniendo como principal ventaja el impedir la dependencia de un solo exportador y la posibilidad de abaratar los costes en base a la “ley” de competencia (oferta vs demanda). 

Por último, favorecer tanto la inversión en energías renovables como el desarrollo de nuevas tecnologías nos daría la ventaja de reducir la dependencia de los recursos energéticos importados lo que ayudaría a la balanza económica de España además de ser una fuente inagotable de energía, como principal inconveniente es su falta de continuidad y la necesidad de invertir en infraestructuras, todo ello, sin olvidar la controvertida energía nuclear la cual nos permitiría constancia en el suministro y bajo coste, en cambio como desventaja nos presenta la gestión de los residuos, los riesgos a accidentes nucleares y sobre todo a la presión popular.

En conclusión, el cierre del Canal de Suez plantea desafíos importantes para cualquier país, incluido España, teniendo un serio impacto en áreas como el comercio, logística y energía. La capacidad de adaptarse e innovar, el compromiso junto a nuestros socios de la UE, la realización de un plan eficiente y anticipativo y la capacidad de resistencia del propio país, podrían liderar la probable superación de dicha crisis.